El informe de RIA Consultores consigna un dato más que interesante que sirve como termómetro para tomarle la temperatura a la ganadería vacuna. Es que los volúmenes de semilla forrajera importada crecieron 37% entre 2015 y 2017. “Se escanean cuatro posiciones arancelarias que toman en cuenta especies forrajeras utilizadas en el país de origen importado mayoritariamente, cuestión de que su creciente demanda se puede interpretarse como una reacción positiva a una coyuntura favorable”, sostiene el informe.

Por caso, la importación de semilla de semilla de alfalfa pasó de 2.350 toneladas en 2015 a 2.784 en 2016 y a 3.112 en 2017. En tanto las de festuca pasaron sucesivamente de 1.045 a 1.318 y a 1.395 toneladas, mientras que la de tréboles de 173 a 204 y a 267 toneladas en los últimos tres años.

“Cuando escuchás a los clientes se percibe el entusiasmo por reponer pasturas, hacer verdeos, producir más pasto en general, especialmente entre los productores de cría y recría”, opina el presidente de la Cámara de Semilleristas, que agrupa a las principales compañías de genética forrajera del país, Guillermo Thisted.

Precisamente frente a una actividad tambo que sufrió avatares climáticos y de mercado, la ganadería de corte es la que se perfila como la más activa a la hora de la demanda, especialmente en las etapas primarias de cría y recría.

“En general los ganaderos ven mejores perspectivas para su negocio y esto se traduce en crece la demanda de especies como festuca, pasto ovillo, raigrás perenne, entre otras especies. También se ve el interés de empresas del exterior de participar en nuestro mercado y esto es algo sumamente positivo”, agrega.

Thisted estima que el mercado de semillas forrajeras ronda los cien millones de dólares, la décima parte del negocio semillero en la Argentina. Por su parte, el informe RIA señala que las importaciones de alfalfa totalizaron casi 20 millones de dólares durante 2017 o unos 6,2 dólares por kilogramo de semilla. En cambio las operaciones de festuca se hicieron a un valor promedio de 2,40 dólares por kilogramo (FOB origen), mientras que las de tréboles a 3,65 dólares por kilogramo, según los datos extraídos del INDEC.

“En líneas generales los precios de 2017 fueron similares a los de 2016. Para 2018 se esperan aumentos puntuales en algunas especies como el raigrás, debido a fallas en la producción de los Estados Unidos. En sentido inverso, Italia ha salido a colocar alfalfa a muy bajo precio y esto arrastra a otros proveedores a la baja, como es el caso de Estados Unidos y Australia”, agrega Thisted.