En un año con las lluvias justas y en zonas con falta de agua, pueden aparecer mayores presiones de plagas en el cultivo de soja. Los expertos recomiendan especiales cuidados en esta época y la tecnología junto al monitoreo en el campo juegan un rol clave.

En este marco, el Ingeniero Agrónomo Francisco Francioni, Gerente de Productos Insecticidas de FMC, detalla: “En años con situaciones heterogéneas a nivel de humedad de suelos, a medida que aumenta la temperatura se generan más posibilidades de que se incrementen las poblaciones de las plagas y causen daños severos al cultivo, al encontrarlos transitando situaciones de estrés por altas temperaturas o falta de agua”.

En este tipo de situaciones, FMC recomienda a los agricultores estar muy atentos al monitoreo de sus lotes, en especial en las zonas de alto impacto de chinches y orugas, como Santa Fe, Entre Ríos y Sudoeste de Córdoba; y en los casos necesarios recurrir al uso del programa Cropshield. “El productor invierte en tecnología para ganar un retorno mayor de esa inversión. En FMC, tenemos medido un promedio de 200 kilos extra de soja promedio por hectárea, comparando un tratamiento de Cropshield versus un testigo absoluto a lo largo de muchas campañas, en distintas zonas y localidades. Hubo zonas de hasta 500 kilos extra por hectárea, pero lo importante es que en el 85 % de los ensayos tuvimos respuesta positiva donde el productor claramente gana y en años como este, en los que se suma la incertidumbre económica, la inversión se torna más atractiva para maximizar los kilos por hectárea”, explica Francioni.

Según informan desde la compañía Cropshield es un escudo banda verde, que se destaca por la persistencia y selectividad de la fauna benéfica. Involucra, además, el uso de dos productos como Coragen y Dinno, que controlan orugas desfoliadoras y chinches. “Una de las principales bases para el uso de Cropshield es que debe aplicarse en los estadíos reproductivos tempranos”, señala el gerente de Productos Insecticidas de FMC.

Respecto a las indicaciones de uso, vale considerar que se aplican ambos productos juntos en el mismo estadio reproductivo, cuando se detecta la existencia de orugas o chinches en el lote. A modo de consideración, si el complejo de orugas y chinches no se trata a tiempo y no se controla en forma correcta, se puede registrar un impacto fuerte en el rinde final que puede variar por zonas de entre 3 a 10 qq/ha.