La cosecha récord no parece estar ayudando demasiado a la performance de la industria de los agroquímicos y fertilizantes radicada en la Argentina.

El informe IPIM (Indice de Producción Industrial Manufacturera) que el INDEC elabora mensualmente, correspondiente al mes de enero, marca que este sector retrocedió 1,5% respecto de enero de 2018, cuando había crecido 2,3% respecto de enero de 2017.

El informe de RIA Consultores señala que de los 37 meses que transcurrieron entre enero de 2016 y enero de 2019, 19 meses (51%) tuvieron una evolución interanual negativa. El peor año, claramente, fue 2018, cuando 9 de los 12 meses mostraron menor actividad que en 2017. De acuerdo al informe del INDEC, el año concluyó con un retroceso de 14,1 por ciento.

A priori, el informe del INDEC contrasta con algunos datos que surgen del día a día de la actividad agrícola. El consumo de fertilizantes fue récord en 2018, básicamente traccionado por una mejor relación de precios de los cereales respecto de los insumos y un incremento en su productividad. Por otro lado, el creciente problema de las malezas resistentes al glifosato ha despertado el consumo de otro tipo de herbicidas, mejorando la ecuación de las empresas de agroquímicos. De hecho, los balances anuales de las compañías globales dedicadas a la protección de cultivos muestran el fuerte aporte que Sudamérica ha hecho a sus ventas.

Sin embargo, cuando se ingresa en el análisis cualitativo surge una visión problemática de la industria de los agroquímicos. Por un lado se señala la creciente falta de rentabilidad en productos masivos como el glifosato, lo que ha llevado a muchas empresas a discontinuar esta línea de productos. Por otro lado se plantea la feroz competencia entre compañías por market share, lo cual deriva en una guerra de precios donde sobrevive el de mayor espalda financiera. Y hablando de esto último, señalan la dificultad que ha resultado en este último año el hecho de tener que cancelar la deuda con el importador en un plazo de 180 días, pero al mismo tiempo financiar al productor con plazos de hasta un año.

Lo concreto es que después del enero negro que fue el de 2016, cuando el estimador marcó un retroceso de 10,6% respecto de 2015, este es el segundo peor en la presente gestión de gobierno.