No es un dato muy conocido, pero Santa Rosa Semillas, la compañía de mejoramiento vegetal de soja radicada en Santa Fe, se ubica en el tercer puesto entre los obtentores de nuevos cultivares de esta especie en la Argentina. De acuerdo al Catálogo Nacional de Cultivares del INASE, en la presente década (2010 al presente), la firma ha obtenido 30 registros de propiedad de nuevos cultivares.

“Tenemos un total de 42 variedades protegidas, 21 en proceso de inscripción y un catálogo con una oferta de 12 materiales para los productores”, explica Juan Pico, responsable del programa de mejoramiento de la empresa.

La empresa, integrada por 19 cooperativas, 2 empresas no cooperativas y accionistas particulares, opera no solo en el mercado local, sino proveyendo de germoplasma a los productores uruguayos, paraguayos, brasileños y sudafricanos. “Ahora estamos trabajando para el lanzamiento de nuestro germoplasma en Bolivia”, adelanta Pico.

El centro de investigación de Santa Rosa Semillas y donde se realizan los cruzamientos se ubica en Salto, provincia de Buenos Aires, y los campos experimentales se distribuyen entre Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Tucumán.

“La cantidad de surcos de progenie (lo que da idea de la magnitud del programa de mejoramiento) es variable según los años, pero podemos llegar a los 50.000”, explica Pico. “Trabajamos con grupos de madurez que van del III al VIII, montados sobre varias plataformas tecnológicas para el germoplasma, comenzando por la RR (Roundup Ready) e Intacta (RR más resistencia a insectos), tecnología con la cual estamos lanzando dos cultivares, pero tambien STS, que es la que otorga a la soja resistencia a los herbicidas a base de sulfonilureas”, comienza explicando el fitomejorador.

Pero además han montado una plataforma de germoplasma no transgénico, anticipándose a las tendencias del mercado, y otra previendo la liberación de materiales resistentes a sequía.

“Lógicamente la prioridad es rendimiento y sanidad, por eso buscamos cultivares con buena performance frente a phytophtora, nematodos y fusarium, pero también con calidad en la proteína y en el aceite”, dice Pico para agregar: “Un punto destacable es que nuestro germoplasma ha demostrado sobresalir cuando las condiciones ambientales no son las óptimas”.

El investigador adelanta que tienen una gran expectativa por la variedad RA 655, un cultivar de GM VI.5 con tecnología RR1, que este año se integra a la Red de Ensayos Comparativos de Rendimientos (Recso). “Ha mostrado rendimientos excepcionales a campo”, adelanta Pico. “En general vemos que hay una correlación entre la hoja lanceolada y el número de granos en la vaina, que es uno de los factores de rendimiento, aunque al final del día lo que cuenta es el peso que sale de la hectárea. Pero creemos que va a andar muy bien en las zonas del norte de Santa Fe y Córdoba”, agrega.

“Si bien estamos ofreciendo la tecnología Intacta, también vemos que hay mucha demanda de los productores por la tecnología RR1 y creemos que con este cultivar tenemos oportunidad de satisfacerla”, agrega a su turno la ingeniera Victoria Marcuzzi, del área Comercial de Santa Rosa Semillas.

La firma ha incorporado tecnología de marcadores moleculares para la acelaración del proceso de mejoramiento y posee un convenio con la startup de edición génica Bioheuris para el desarrollo de nuevos productos.

“La idea es estar lanzando anualmente entre 3 y 6 nuevas variedades de elite”, concluye Pico, para agregar que el objetivo es acompañar la demanda del productor, por ejemplo con tecnologías para el control de las malezas resistentes al glifosato.