La devaluación post PASO se trasladó en forma inmediata al aceite de soja, materia prima para la industria del biodiesel, que en el caso de la que abastece al mercado interno enfrenta el problema de que el precio del biocombustible es fijado en pesos y por la Secretaría de Energía, mediante una metodología que ha sido seriamente cuestionada por lo arbitrario.

El valor FAS teórico del aceite crudo de soja saltó de un valor por debajo de los $22.000 por tonelada pre-PASO a los actuales $28.246, según los cálculos oficiales del ministerio de Agricultura.

Sin embargo, el valor de la tonelada de biodiesel de $31.549 fue mantenido sin cambios para el corriente mes de agosto. Esto implica que de un diferencial entre materia prima y producto industrializado de 65% en julio se ha caído a 24% en agosto. Considerando que este diferencial debe pagar el resto de los costos (energía, mano de obra, metanol, etc.) claramente se observa que difícilmente la industria esté operando con rentabilidad y de ahí la decisión de suspender la actividad, tal como informó la cámara que las agrupa (CEPREB).

En el siguiente cuadro -elaborado por RIA Consultores- se observa cómo el valor del biodiesel ha quedado severamente retrasado respecto tanto del dólar como del aceite de soja.

Todo indica que si no hay una pronta recuperación del precio del biodiésel, incluso compensando lo da agosto, esta industria continuará inviable.